mal dicha o mal entendida, hace
que los lazos familiares, se corten...
Pero, el tiempo se encarga de revelar
los hechos del pasado, y los recuerdos
que están en las mentes de las personas
se encargan de revisar las acciones en lamentos...
Una amiga me contó hace poco, que fue al cementerio a visitar a unos familiares del esposo. La tarde era espléndida, con un cielo azul bien limpio y la temperatura cálida. Ella miró al esposo con tristeza, preguntándose en qué lugar de allí, se encontraría enterrada su madre. Su esposo para conformarla, le contestó que algún día por la mañana, consultaría en la oficina del cementerio.
Al día siguiente, tenían que retirar unas recetas de medicamentos para comprar, y en ese instante en vez de regresar a su casa, se dirigen nuevamente a la necrópolis, más precisamente a la oficina del lugar bajándose ella y preguntó por su nombre y apellido. La empleada la buscó en la computadora y le anotó la ubicación.
Subiéndose a su vehículo, marcharon a la manzana designada con una letra y un número. Mi amiga se bajó del vehículo y empezó a buscar entre los monumentos a su madre que no se pudo despedir de ella, y sus hermanos no le comunicaron cuando había sucedido el fallecimiento. Caminaba y miraba las fotos, el año, para un lado y para el otro.
Llegó casi hasta el final de esa manzana habitada por monumentos sencillos algunos y muy simples otros, cuando divisa la fotografía de una señora muy parecida a su madre, se acerca a ella y no era la que buscaba. De repente se da vuelta, como si alguien le hubiera llamado y estaba allí, la imagen de su madre, en ese monumento gris, pero lleno de flores, muchas flores de todos los colores y formas.
Se hizo la señal de la cruz, le rezó algunas oraciones y acarició su fotografía como si ella estuviera allí, en persona. Después de algunos minutos, se retiró conforme por haber encontrado el lugar que tantas veces se preguntaba dónde estará. Al irse mira la letra y el número y pensó en eso. La letra era la G mayúscula y esa es la inicial de su nombre, y el número 4 es porque son cuatro hermanos, pero se imaginó que el día de su entierro, faltaba una hija, la cuarta de los tres y de nombre G... toda una casualidad.
Historia real, año 2015.
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