sábado, 26 de diciembre de 2015

BUSCANDO OBJETOS A LA VISTA DE TODOS...

Perder objetos de gran valor
o no, es muy común en los 
seres humanos, pero, buscarlas
teniéndolas en la mano, suena
algo gracioso...


                               Resultado de imagen para imagenes de perder cosas                                                             


          Cuando tenía la edad de once años, me encontraba baldeando el patio de atrás de la casa, de pronto, aparece mi madre haciéndome una pregunta: " Nena, dónde está la escoba?! La necesito para barrer el dormitorio..." Me empiezo a reír y a ella, no le causa gracia mi cometido, después de algunas risas de mi parte, le contesto: "Mamá, mira tus manos, la tienes agarrada entre los dedos!" Mira sus manos, y efectivamente tenía la escoba. Pega media vuelta con vergüenza, no dijo nada y se fue a su dormitorio.

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          Otra vez le pasó a mi esposo, buscando por todos lados, un par de anteojos para el sol. Yo apurada, buscaba por la sala del living, por el comedor, por la oficina y dentro del auto, no aparecían las "perdidas gafas". Le recriminé a él, que tal vez, las había olvidado en algún lugar que hubiera estado. Él me juraba que no, que vino manejando con los anteojos, y que no se acordaba dónde se los sacó dentro de la casa. Lo miro fijo a los ojos, digamos, a la cabeza y los llevaba encima de su cabeza. Nos reímos juntos, porque él no se había dado cuenta, que los llevaba encima de su cabeza y yo jamás miré a su cabeza, mientras buscaba. Un episodio muy gracioso. Esto pasó hace veinte años atrás.

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          Un albañil que vino a soldar el portón de entrada, al llegar, bajó todos los elementos que iba a ocupar. La soldadora, la amoladora y dos cables largos para tener corriente eléctrica. Mientras me ocupaba de limpiar el piso, observaba al hombre, que daba vueltas de un lado y para el otro mientras se agarraba la cabeza, se refregaba la nariz, se ponía las manos a los costados de su cintura y exclamaba despacio:"¡Pero caramba! ¡Si esto funcionaba a la perfección, qué habrá pasado?!. Le pregunté que pasaba y me contó que no le funcionaban las herramientas de trabajo, siendo que venía de otro trabajo y funcionaron a la perfección. Me acerqué a mirar y me dí cuenta que había puesto un enchufe con el otro del mismo cable y jamás funcionarían las máquinas. El albañil agradeció que descubriera el cable ya que él no se acordaba que lo juntó así para traerlo a casa. 

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Historias reales.

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