Los robos están a la orden del día,
no se salva nadie y los que tienen
que cuidarnos pareciera que
miran para otro lado.
La gente está cansada de vivir
tras las rejas. Los dueños de lo
ajeno andan por todos lados,
y lo más triste, es que roban
a personas que apenas tienen algo...
Cierto día escuché por la televisión, en la hora de las noticias, el robo que había sufrido una señora que vive en un barrio muy humilde. Y cuando el periodista le pregunta si le habían sustraído bastante cosas, ella empieza a relatar lo siguiente:
" mire señor periodista, yo voy a trabajar en el barrio XX de la familia XX muy conocida en esta ciudad. Regreso a mi casa a las 14 y 30 horas, todos los días menos los domingos que tengo el descanso semanal. Esta casa me la dejó mi ex marido, porque él se fue con otra mujer y a mí me dejó sola con mis hijos. Por eso tengo que trabajar y mis hijos también, porque somos una familia trabajadora, vio?...
El día del robo, encontré la ventana abierta y pensé que era alguno de mis hijos, los llamé por el nombre y no me contestaron. Entonces, abrí la puerta encontrándome con la sorpresa de todo revuelto. Me faltaba el televisor Led que aún estoy pagando las cuotas, pero, no me hago problemas porque en el galponcito del fondo, tengo el televisor viejito que sirve todavía... También me falta la video, y algo de ropa de mis hijos. Pero, por lo menos, estoy viva y mis hijos también, que no les pasó nada...
Y el periodista se retiró del lugar y siguieron otras noticias, mientras yo pensaba en la pobre mujer que dio detalles que no tenía que dar y que a nadie le importaba. Es cierto, estar vivos es lo máximo que podemos pedir, pero que alguien haga algo para parar todo esto. Gracias.
Historia real en el mes de mayo de 2016, en Bahía Blanca.
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