Cuantos descuidos hay a veces
en el momento de cocinar por
el apuro de tener la comida lista...
Mi madre tenía la costumbre de guardar el aceite de freír, para usarlo una vez más, en una taza de plástico rosada, y la ponía dentro de una alacena. Entonces, cuando había que usarlo se sacaba de allí y se freía.
Cierto día, el que iba a cocinar era mi padre. Había preparado unas milanesas sabrosas y empezó a sacar el sartén y la taza con el aceite usado. Una vez caliente el aceite, colocó las milanesas y le llamó la atención que empezaron a hacer espuma que rebalsaba por fuera del sartén.
Mi madre se encontraba en el fondo, lavando ropa, y mi padre le pregunta si había cambiado de marca de aceite. Mi madre le dice que no, que es la misma de siempre. ¿Entonces?...De dónde salía la espuma? Y es en ese momento que mi madre se acordó que el aceite, se había terminado y que había puesto detergente, en esa taza que guardaba aceite...
Mi padre se puso furioso y tuvo que tirar las milanesas que había "freído en el detergente". Por suerte puso solamente dos o tres. Después cocinó las restantes e hizo una sopa y una ensalada de lechuga con tomates, y todos felices con la panza llena!
Historia real en el año 1970.
*********************************************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario