viernes, 5 de septiembre de 2014

SOLEDAD: AMIGA O ENEMIGA


La soledad es una condición
de malestar emocional que surge
cuando una persona se siente 
incomprendida o rechazada por
otros o carece de compañía para
las actividades deseadas, tanto físicas
como intelectuales o para lograr 
intimidad emocional...


                                                                        
          La experiencia de soledad, en el fondo, es la sensación de no tener el afecto necesario deseado lo cual produce sufrimiento, desolación, insatisfacción, angustia, etcétera, si bien se puede distinguir entre aislamiento y desolación, es decir, entre la situación de encontrarse sin la compañía y la conciencia de deseo de la misma.
          En efecto, no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Estar solo no es siempre un problema. Todos pasamos tiempo solos y nos viene bien para conseguir ciertos objetivos. A veces deseamos estar solos porque ciertas cosas no pueden hacerse si no es así. 
          Evidentemente la soledad deseada y conseguida no constituye un problema para las personas, incluidas las personas mayores. Sentirse solo, en cambio, es algo más complejo y paradójico, ya que puede ocurrir incluso que lo experimentemos estando en compañía.
          En este sentido, la soledad es una experiencia subjetiva que se produce cuando no estamos satisfechos o cuando nuestras relaciones no son suficientes o no son como esperaríamos que fueran. Lo peor de la soledad es el aislamiento, que se llega por diferentes factores y dependen de las siguientes variables:
          El comportamiento, tanto de los mayores, que pueden preferir, a pagar el precio de la relación, como de las familias, que pueden delegar el cuidado a los Servicios Sociales.
          Factores sociales, que llevan al aislamiento por la imagen de la vejez como etapa improductiva y desvalorizada.
          Factores psicológicos
          Factores de salud, que generan dependencia, discapacidades y miedo a salir de casa.

          Sin la experiencia de vivir en soledad, uno es y sigue siendo persona, pero no sabe lo que es. Por lo tanto, la soledad sería también una condición esencial y necesaria del ser humano. El que aún no haya sentido nada de la soledad, probará solo con ello que no ha penetrado ni alcanza mucho en la profundidad propia del corazón humano.

                                                                             


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Fuente: José Carlos Bermejo Higuera, Doctor en la Pastoral de la Salud por el Instituto "Camilianum " Universidad Católica de Chile.

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