se cambia de lugar o de "aires"
el estómago empieza a pedir algo
de alimento para quedar satisfechos...?
Esta historia que voy a narrar, sucedió cierta vez, junto a mi prima Nancy, que estuvo pasando sus vacaciones en mi casa. Después de un determinado tiempo, la acompañé de regreso a su casa en Coronel Suárez.
Decidimos viajar en tren, junto a mi madre y mis hermanos, que hasta ese momento éramos solamente tres hermanos. Mi prima, por aquel tiempo, era tan comilona, ¡ parecía que no tenía fondo en su estómago!
A la hora de ponerse en movimiento el tren, me sugiere que la acompañe al comedor, para "picar algo". La acompañé, por suerte no había gente, que más tarde me dí cuenta por qué. El encargado del lugar nos pregunta:¿qué se van a servir? Mi prima, no tuvo mejor ocurrencia, que pedir milanesas de carne, en forma de sandwich con pan tipo francés.
El mozo se queda pensando un momento y nos contesta:- Me podrían esperar algunos minutos para prepararles el sandwich-. Afirmamos su plegaria y aguardamos ese momento. Mi familia se había quedado en el otro vagón, porque no quisieron comer (¡menos mal!).
Al llegar a la estación de Arroyo Corto, el tren tenía su parada allí, en la cual subían y bajaban personas en ese pueblo muy chiquito, y vemos que el mozo se bajó rápidamente, corrió hasta la plaza de allí, entró en una carnicería, después a un almacén.
Cuando volvió, traía una bolsa con carne cortada, pan rallado, huevos y una botella de las de vidrios, de aceite. Por poco, entra al tren por la ventana. Empezó a golpear la carne con un ablandador de carnes, batió los huevos, calentó el aceite en una cacerola, que estaba tan limpia como si nunca hubiera sido usada. ¡Ah! también había comprado pan el buen hombre.
Nosotras no nos perdimos nada de esta película que estábamos viendo. Cuando él tenía ya todo listo, nos pone los platos, los cubiertos, las servilletas y los vasos. También la sal, la mayonesa y otros aderezos, que él había comprado en ese pueblo.
Mi prima como si nunca hubiera comido, se "tragó" el sandwich en menos de cinco minutos. El mozo la miraba como diciendo: ¿por qué se la come tan rápido?... Al observarlo al hombre, le dije a mi prima: -Nancy, no comas tan rápido, el hombre te mira asustado-
-¡Tengo hambre, che! Que mire nomás, yo voy a comer, porque a eso vine, a comer!. Después de media hora más de viaje, llegamos a Coronel Suárez, cerca de las doce del mediodía, mi tía ya tenía la comida preparada, ¿y quién tenía hambre?... Mi prima Nancy, que volvió a comer, como si nunca hubiera comido!
Esta historia es real y sucedió en el año 1974.
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