viernes, 31 de octubre de 2014

RECUERDOS DE MIS CUMPLEAÑOS

Cumplir años tiene muchos
significados: tener almanaques
en nuestro cuerpo, tener historias
buenas y malas y tener ganas de vivir...



                                                                                                                         ESTOS SON LOS NÚMEROS DE MIS AÑOS QUE VOY A CUMPLIR: 54
                 EL  2  DE  NOVIEMBRE   DE  ESTE  AÑO                                                         
                                                                          


          Cuando era pequeña, los cumpleaños me lo empezaron a festejar a partir de los seis años, venían vecinitos del barrio, una gran amiga y algunos primos y primas. Mi madre hacía una gran torta, muy rica, toda decorada con copetes de crema y dulce de leche.
          Preparaba chocolate con leche, bien caliente y bien dulce, lo servía en vasitos de plástico, junto a una servilleta decorada con diseños infantiles. A mí, que era la cumpleañera, me ponía un gorro con forma de cono, bien grande en mi cabeza, y a los chicos invitados, uno igual, pero más pequeño. También les entregaba a cada uno, una bolsita con sorpresas y golosinas.
          Mi madre cortaba la torta principal y colocaba una rodaja en cada plato, junto con alfajores y masitas surtidas. Yo me emocionaba mucho, porque lo pasaba lindo, feliz! Después jugábamos afuera en el patio, hacíamos ronda, jugábamos también a las escondidas y a la rayuela.
          Al llegar casi la tarde noche, los chicos se iban y quedaban mis primos, porque mis tíos y tías, se quedaban a cenar. Después de esto, se marchaban y quedaba mi madre lavando platos y vasos, como también limpiando el piso que siempre se ensuciaba con estas reuniones.
          El cumpleaños que siempre recuerdo, fue cuando cumplí siete años, porque mi hermana se adueñó de un muñeco con la forma de bebé, era lindo, parecía real. Yo le insistía que era mío y ella discutía que se lo regalaron a ella. Y se lo quedó nomás!




Historia real. 1967. Diana Angra.
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jueves, 30 de octubre de 2014

LA SIESTA SAGRADA DE MI TÍO

Mi tío y padrino Ramón,
después de almorzar,
se recostaba un rato
para más tarde, levantarse
e ir a trabajar...



                                                                     


          En los veranos que iba para la ciudad de Coronel Suarez, ciudad natal de Sergio Dennis o Héctor Hoffmann, el cantante, persona que nunca ví en realidad, solo por la tele. Lo aclaro por las dudas.
          En esos tiempos a los adolescentes no nos gustaba dormir la siesta, o sea, acostarse algunos minutos u horas, después del almuerzo, cosa que sí hacían los adultos. Cierta tarde, nos reunimos con los vecinos de mi tío, ya que eran amigos de mis primas que todos tenían casi la misma edad, y la charla se empezó a poner cómica y por ende, levantábamos la voz cada vez más alto.
          De pronto, escuchamos unos golpes en la persiana de la ventana de su dormitorio. Y claro, nosotros apenas los sentimos, y seguimos conversando afuera en la vereda. Al rato, sube la persiana y le dice a mi prima que nos haga callar. Mi prima conociéndolo, nos pasa el mandato y nos tuvimos que callar.
          Pero la charla estaba tan amena, que no nos contuvimos y empezamos a reírnos, ¡huy! se armó la guerra. Salió mi tío con un pantalón corto y el cinto del pantalón en las manos, que yo me pregunté:¿qué va a hacer mi tío? Y empezó a los gritos:-¡Se van todos a su casa, que estoy durmiendo la siesta! ¡Cuando me vaya a trabajar, griten todo lo que quieran, ríanse, salten, golpeen, pero ahora se van a sus casas, QUE QUIERO DORMIRRRR!
          Entonces, cada uno de los chicos se fue para su casa, mi prima y  sus amigas junto conmigo nos fuimos al patio de atrás de la casa, nos sentamos bajo la sombra de un ciruelo amarillo, cosechamos algunos, los pusimos en agua fresca y los empezamos a comer, todas calladas, hasta que mi tío se fue a trabajar.
          Y así todas las tardes, las pasábamos calladas en la hora de la siesta, hasta que mi tío se iba a trabajar. Después se hacían las charlas con amigos y amigas de mi prima tranquilas, porque la siesta era sagrada para mi tío.




Historia real de todos los veranos. Desde 1972 a 1977.-
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PROGRESO

¿Es el progreso, una máquina
inventada por el hombre, que
arrasa y pisa por donde quiera...?

Derriban árboles para levantar un edificio,
levantan gramillas frescas, para dejar un pedazo
duro de cemento, y dejar atrás un pedazo de historia...


                                                                    

       


          ¿Es el progreso, bueno o malo? Depende para qué. Si es para mejorar el hábitat humano, bien venido sea. Pero si es para perjudicar la salud del ser humano, entonces que quede allá a lo lejos.
          El aire contaminado que respiramos, el agua turbia que bebemos, ¿qué nos pasa? Digamos Si a la Vida! No nos contaminen más! Levantemos nuestras voces bien fuerte para defender la naturaleza que nos acompaña! ¿O no?...



" A veces, pienso en voz alta..." Diana Angra.
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sábado, 25 de octubre de 2014

EL VIAJE DE EGRESADOS DE LA ESCUELA PRIMARIA


El viaje de egresados de los
estudiantes, se realiza con el fin
de celebrar la última vez que están
juntos y no en un aula.
Algunos se hacen amigos para toda la
vida, pero otros, no se ven más...


                                                                         


          Cuando terminé la escuela primaria, con doce años de edad, el rector del colegio, organizó todo, para ir en el viaje de egresados hasta la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires. Tuvimos que pagar el viaje con algunas monedas, el precio era muy accesible, así que a las dos semanas antes de finalizar el colegio, viajamos hasta allí.
          Mis padres me habían dado algo de dinero, por si lo necesitaba para algo o traer un recuerdo del lugar. Conocimos varias ciudades que, personalmente, no conocía: Tres Arroyos, Necochea, Azul, entre otras.
          Por fin llegamos a Tandil, y nos hospedaron en un colegio franciscano, que tenía alumnos pupilos durante el año, y al finalizar las clases, los enviaban a sus respectivos hogares. Para dormir, los varones se hospedaban en un edificio que daba hacia el frente de donde nos hospedábamos las mujeres. Ellos dormían en cama y nosotras en bolsas de dormir en el suelo.
          Nos acompañaban tres maestras, la directora, la secretaria, el rector, que era sacerdote y dos conductores del transporte que nos llevó. La primera escena cómica que vi fue la de un compañero que estaba acostumbrado a tener todo servido y cortado en el caso de las carnes. El primer almuerzo fue de chorizos asados con pan, y este compañero no pudo tomar con su tenedor, dicha carne, y el mismo salió resbalando por toda la mesa!
          Nos reímos todos a carcajadas, y a él, le dio vergüenza, se puso colorado y la maestra le dio otro que había cortado para él, y así pudo y pudimos comer tranquilos. También en ese lugar, había una gran pileta de natación, y nos habían dicho que lleváramos trajes de baño. La primera vez que fuimos a la pileta, veo una gran damajuana de vino, de unos diez litros, que estaba cerca del rector, el cual se tomaba unos tragos, para calmar la sed y el calor, y también, se arremangó los pantalones, mientras permanecía sentado a la orilla de la pileta.
          Lo malo que recuerdo de aquel lugar, la pileta, es que un día, mientras me estaba bañando, alguien me tomó de las piernas debajo del agua, y me empujó hacia el fondo, casi ahogándome. Por suerte, me soltó enseguida y me elevó hacia la superficie, yo no pude ver quién lo había hecho, pero desde ese día hasta que volvimos a casa, quedaba en el borde de la pileta, justo en los escalones.
          Llegó el último día de estar en ese lugar, y recorrer toda la ciudad, en primer lugar las iglesias, segundo el Calvario, la piedra movediza, que en aquellos años, ya estaba tirada, el castillo o confitería muy lindo para ver la ciudad. Aclaro: conocimos todos esos lugares en los diez días que estuvimos paseando. Repito, el último día cargamos nuestras valijas al transporte y yo había llevado un par de zuecos nuevos de jean, muy lindos, pero al llegar a Bahía Blanca, no los encontré; alguien los había tomado prestado, apoderándose de ellos.
          Siempre recuerdo aquella experiencia: momentos lindos, alegres y otros desafortunados. Para cuando terminé la escuela secundaria, no fui con mis compañeras al viaje de egresadas. Dice un refrán conocido:"un botón, sirve como muestra", un viaje, también...


Historia verdadera. 1972.-
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EL PREMIO DE MI TÍO

Una de las tantas veces que
llegó un parque de diversiones
a la ciudad, se dio la casualidad
que se encontraban mis tíos y mis 
primas, paseando por estos lados...



                                                                   


          Mi tío Ramón, le gustaba mucho ir a los parques de diversiones, tanto en mi ciudad como en otras. Cuando llegó junto a su familia, "ordenó" que para después de la cena, nos llevaría a ver y jugar en dicho lugar de diversiones.
          El mismo estaba en el Parque de Mayo, muy famoso por su arboleda y juegos infantiles, además de estar cerca de la Universidad. Este parque de diversiones estaba hecho con algunas falencias y para nada seguro, especialmente en algunos juegos.
          Nosotros no nos subimos a la montaña rusa, por ese motivo. Si lo hicimos en el gusano, que da vueltas, en el tren fantasma, que nos llevamos bastante susto al ver los muñecos que asustaban, pero después, nos causaba risas.
          Por último, mi tío decide ir a jugar en un puesto que daban premios, si alguien insertaba unos aros, en unas botellas. Él, era alto y delgado y sus brazos también eran largos. Pagó cierto dinero para participar y empezó. La primera vez no pudo, porque esas botellas estaban con trampa, nadie podía insertar. Él miró al piso y vio una piedra, la ubicó cerca del mostrador, siempre por debajo y lanzó el aro.
          ¡Oh sorpresa, embocó la botella que tenía un oso de peluche grande! La mujer del puesto asombrada por esto, lo mira y le dijo:"-Usted hizo trampa! No le puedo dar el premio.-". Mi tío se enojó y le repitió que el cartel decía que toda persona que embocara en la botella, se llevaba el premio.
          La del puesto siguió discutiendo que no, mi tío que sí, que no, que sí, al final a mi tío le dio su premio para que la deje tranquila. Tome llévese esto y no lo quiero ver más, porque usted se subió en esa piedra y la consigna era sin trampa...-discutió la señora. Y mi tío decidió retirarse con su premio "consuelo" que era un vaso de vidrio grueso, y nos fuimos a casa.


Historia verdadera, que pasó en el año 1970, en Bahía Blanca.
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lunes, 20 de octubre de 2014

AMEMOS A NUESTRAS MASCOTAS Y A LAS DEMÁS TAMBIÉN



                                                            

                                                                     


                                                                           

                                                                                  
   

                 
                                                                 
                                                                                                                                        

          LOS SERES MÁS LINDOS QUE NOS LLENAN DE ALEGRÍA, SON ESOS QUE TIENEN CUATRO PATAS Y UNA LINDA COLA QUE NOS HACEN LA VIDA MÁS ALEGRE!

          AMEMOS A LOS ANIMALES ¡NO LOS MALTRATEN! ELLOS NO PIENSAN EN LA MALDAD! SOLO QUIEREN AMOR!!!!
                                                                      DIANA ANGRA. 
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AMIGOS QUE TE LEVANTAN EL ÁNIMO



                                                                      
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DAR LA VIDA POR LOS MÁS PEQUEÑOS


                                                                    


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GRACIAS POR LA AMISTAD!


                                                                 

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domingo, 19 de octubre de 2014

ORACIÓN PARA EL DÍA DE LA MADRE

                                                                       


          Como madre me presento ante ti Dios de la Vida, porque en mis hijos me has dado el don más hermoso, el regalo más grande, pero también son para mí, el mayor compromiso.
          Dame fortaleza y ternura para saber guiarlos por el camino del Bien, conforme a tu enseñanza.
          Dame desprendimiento para que nunca el egoísmo se apodere de mí. Dame entereza para dejarlos ir, cuando llegue el momento en que ellos tengan que realizar su vida.


                                                                 

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LA CALESITA, MI TAREA ESCOLAR

De niña me gustaba mucho
dar vueltas en las calesitas
que se ubicaban en algunos
terrenos y alcanzar la sortija,
que varias veces la alcanzaba...


                                                                              


          La calesita de la que voy a hablar, no es la que me subía a dar vueltas, es una tarea que nos propuso la maestra de quinto grado. Yo no era muy hábil para hacer a veces, las manualidades que ordenaba mi maestra, por lo que, pedía ayuda a mi padre.
          Mi padre, fue en busca de una madera con forma de plato redonda, le perforó un agujero en el centro de la misma, le colocó un palo de unos veinte centímetros de alto, le hizo un techo redondo, que lo unió al palo del centro y también le colocó cinco o seis alambres que los colgó del techo de cartulina color rojo, con juguetes pequeños, de esos que se regalaban en los cumpleaños, dentro de unas bolsitas con golosinas.
          Yo contenta, al otro día, fui al colegio con "mi calesita" y todos mis compañeros se asombraban de lo linda que estaba aquella manualidad. Mi maestra también se asombró al verla. Me preguntó si la había hecho yo, y le contesté que sí. Y me dijo:"¡Ah! que bien, ¿cómo  lo hiciste?..."-Bueno, mi papá buscó una madera...- le respondí y me dí cuenta que descubrí la verdad. La maestra insistió:"-como que tu papá ...-" -¡Ah!, si él me lo hizo, pero yo...le dí la idea!!



Historia verdadera. 1970.
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sábado, 18 de octubre de 2014

REGALOS PARA MI MADRE

Cuando llega el día de la Madre,
todos pensamos en darle un beso,
un abrazo y un lindo regalo junto
con un ramo de flores...



                                                                     


          El primer regalo que le hice a mi madre, me lo compró mi abuela Magdalena, la abuela flaca, me dijo que la acompañara al centro y en una tienda grande y famosa, que se llamaba "Casa T.I.A", y era una sucursal de la casa central en Buenos Aires.
          Yo tenía ocho años, le dijo a mi madre que me llevaría a comprar algunas cosas, y así fue. Nos fuimos en el transporte de pasajeros, en aquellos años, costaba una moneda de un peso, y en veinte minutos estábamos en el centro.
          Mi abuela recorrió toda la tienda y me preguntaba si me gustaba algo de lo que había allí. Yo, en realidad, me gustaban los juguetes y las muñecas, pero teníamos que comprar el regalo para el día de la madre.
          De pronto, mi abuela empezó a poner en un canasto plástico, un posapava, una agarradera para el horno y un delantal para no ensuciarse la ropa al cocinar. Compró un lindo papel para envolver los regalos y un moño hermoso.
          Regresamos a casa y nos abre la puerta mi madre, y yo feliz porque le traía el primer regalo, y ella se emocionó mucho, que me abrazó fuerte, y me llenó de miles de besos.

                                                                                
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          MI PRIMER REGALO HECHO POR MIS MANOS...


          Ya a los doce años la maestra de séptimo grado, nos propone hacer algún regalo hecho por nuestras manos, para regalar a nuestras madres. Para que mi madre no se enterara, le dije a mi padre que necesitaba comprar algunas cosas, que la maestra nos pidió. Él accedió y me dio el dinero.
          La maestra se encargó de comprar todo, lo trajo al aula y empezamos a trabajar en ello. Yo hice una agarradera, cocida a mano en forma de corazón, decorada con unas rositas rococó, de esas que se hacen con hilo de bordar, enroscadas en una aguja, y se forma la flor.
          También le hice una flor grande de tela, (no sé para qué la hice, si después no sirvió para nada), y una compañera nos enseñó a elaborar otras flores que se hacen con madera de terciado creo, esas sí eran muy lindas para poner en un florero.
          Las pintamos con témperas de colores rojo, amarillo y rosa, le pusimos un alambre de cabo a las flores, y en un envoltorio de papel celofán, acomodamos todos los regalos, todo hecho con las manos! 
          Al llegar el viernes, último día de clases de la semana, nos llevamos los regalos a casa, como yo no sabía dónde esconderlos, tuve que dárselo ese día. Mi madre sorprendida y contenta, me dio las gracias y un beso.
          PIENSO EN VOZ ALTA: ¿No es lindo hacer un regalo con nuestras manos? Sirve para reciclar por ejemplo, un envase de botella plástica de cualquier bebida, la podemos transformar en una hermosa flor para el patio, pintándola y agregarle un alambre o un fierro fino como cabo. Y muchas ideas más para reciclar nuestro medio ambiente.


                                                                       
                         ¡ FELIZ DÍA DE LA MADRE! PARA TODAS AQUELLAS QUE LO SON DE VIENTRE Y DE CORAZÓN...
                                                       CON CARIÑO :  DIANA ANGRA



Historia verdadera. 1968 y 1972
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viernes, 10 de octubre de 2014

EL GLOBAZO DE CARNAVAL


Tengo varios recuerdos de los
festejos de carnaval, los globos 
llenos de agua que tirábamos
entre los niños y si alguien pasaba,
lo mojábamos también...


                                                                                  


          Esta historia sucedió durante el mes de febrero, en el año 1975, justo para carnaval, viajamos como siempre en tren, por el trabajo de mi padre, hasta Zapala, Neuquén. Partimos desde la estación de Bahía Blanca, a las siete de la mañana.
          Ese día estaba tan lindo, el cielo azul, sin viento, y el viaje espléndido! Yo tuve ganas de sentarme en los escalones del tren, para contemplar semejante paisaje, después se me acopló mi hermana y se sentó a mi lado.
          Empezaba el puente del Río Colorado, a la margen se encuentra la ciudad del mismo nombre, en el recorrido hacia el sur, cuando se asoma mi madre y pegó un grito que seguro, se escuchó por todos lados, y nos dijo:"-Qué están haciendo ahí, ¡es peligroso, se pueden caer!¡salgan de los escalones!
          No termina de decir eso, cuando le llega un globo con agua a la cara:¡paf! Nosotras nos reímos tanto, por lo sucedido, y mi madre más se enojó. Decidimos levantarnos de allí, porque era cierto, era peligroso ya que nos podíamos caer.
          Lo que le pasó a mi madre, fue porque abajo del puente que atravesaba el tren, habían chicos, que estaban disfrutando del carnaval y seguramente el globo, fue en aquella dirección para el tren.


                                                                                          

Historia verdadera. 1975.
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HISTORIAS DE VECINAS


Siempre hay vecinas y vecinos
que uno sin querer, los tiene
presente.
Esta vecina, me hace acordar
de cosas cómicas que a veces
me río sola....


                                 Resultado de imagen para imagenes de vecinas chismosas


                                                                     


          Era una señora mayor, que estando bien y sin enojo, uno podía confiar en ella, pero si algo le caía mal, ¡pobre de él!, lo dejaba por el suelo. Una vez, una de tantas, mi vecina limpiaba la vereda y creía que su vereda era de su propiedad y que nadie tenía derecho de pasar por ella.
          Otros vecinos que alquilaban unos metros más, dejaban un vehículo medio grande, frente a la casa de ella, sobre la calle. Y coincidía la hora que ella salía a barrer. Una tarde, estaba barriendo y llegaron estos vecinos en su vehículo. Esta señora se les puso por delante al vehículo, con los brazos abiertos, como si fuera a atajar semejante vehículo. El que conducía, siguió avanzando, y yo que estaba mirando sin querer, porque salía a hacer un mandado, pensé que mi vecina se correría de allí.
          La vecina diciendo todas clases de palabrotas hacia los vecinos y ellos le decían que la calle era de todos, y que no se iban a correr. Hasta que la esposa del vecino, se bajó del vehículo, y le habló con ternura para calmarla a mi vecina, que estaba con su escoba, la pala y un balde para juntar la basura. Por suerte, los ánimos se calmaron y el vecino dejó su vehículo en otro lugar.
            Otra vez, en el domicilio que alquilaban, llegó una enfermera que vivió durante nueve años, y había instalado un geriátrico con señoras enfermas. Mi vecina, que tenía el tapial bajo, podía ver tranquilamente o espiar qué hacían y qué no hacían en ese lugar, para después contar a las otras vecinas del barrio.
          La enfermera tenía dos hijos pequeños, de nueve y diez años, y ellos apreciaban a sus mascotas, una perra y dos gatos. Los gatos tenían la costumbre de llegarse hasta el patio de mi vecina y hacer sus necesidades. Mi vecina, la ponía furiosa porque no le gustaban los animales. Y siempre rezongaba, rezongaba, y rezongaba, cuando hablaba con ella. Yo le  decía que haga un pozo y enterrara las suciedades de los gatos, pero era tan terca, que quería que esos pobres animales, estén en la casa de la dueña.
          Un día me encuentro con la empleada de la enfermera y me cuenta lo que le hizo mi vecina: le arrojó todas las suciedades que había juntado en un rincón del patio, cerca del tapial. El patio de la enfermera quedó todo sucio, y vino a decirle a mi vecina por qué lo hizo. Respondió: "-Los gatos ensucian mi patio y no quiero que vengan acá-" Y la enfermera le contestó:"- Los gatos son libres, y no puedo ni debo atarlos a un poste, si a usted no le gustan, eso no es mi problema, vaya a un psicólogo! Y nunca más se hablaron.




Historia verdadera. 1998.
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jueves, 9 de octubre de 2014

EL FOTÓGRAFO DEL PARQUE

En la época que yo era niña,
todo lo que tenía que ver con
la diversión o un paseo, me encantaba
poder hacerlo...



                                                                     


          Cada vez que mis tíos venían a pasear a Bahía Blanca, les encantaba ir al parque Independencia, que era un zoológico en aquellos años, que hace pocos meses, trasladaron a todos los animales que estaban allí, para la localidad llamada América, y allí viven en un hábitat natural.
          Una vez, éramos como doce personas, y fuimos a pasear al parque. Nos compraron golosinas, nos llevaron a la calesita, a las hamacas, nosotros los más chicos, ¡felices!. Para finalizar la tarde y el paseo, mi tío ve a un fotógrafo, de esos que se escondían dentro de un cajón, se tapaban con un trapo y apretaban una goma con forma de pelota pequeña.
          Nos acomodó a todos, el buen hombre, se dirigió a su máquina y dijo:"-¡Sonrían!¡Sale el pajarito!-" Yo decía para mis adentros, ingenua total, - y el pajarito dónde está, pobrecito, debe tener hambre y sed-. De repente, el fotógrafo vuelve a decir:"- Acomódense otra vez, porque no salió la foto-" Y nosotros volvimos a ubicarnos.
          "-¡Listo, acá está la foto!-" Mi tío le paga al hombre, y espera un momento porque la tenía en un líquido para ser velada. Cuando mi tío ve la foto...se empieza a poner nervioso y le reclama al de la foto:"-Esta foto tiene cortada las cabezas de todos!-" "-Tiene que volver a sacarnos la foto, pero no se la voy a pagar de nuevo, entiende?!!-" Si, si quédese tranquilo señor, vuelvan a ponerse en su lugar, sonrían!- dijo el fotógrafo.
          Vuelve a entregar la otra foto, y lo único que se distinguía era un muñeco de goma que le habían comprado a una de mis primas y un chupetin o paleta dulce que tenía en la mano un hermano menor mío. Mi tío ¡hervía! de tanto enojo, y no era para menos, la imagen de las personas no se podía distinguir. Se dió vuelta mi tío y nos fuimos mejor, ese fotógrafo no se, tal vez era un estafador o no tenía experiencia en su oficio, pero la foto estaba en algún cajón y cada vez que la encontramos, nos da risa y nos acordamos la rabia de mi tío.




Historia real año 1968. Diana Angra.
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